La conquista de Canarias se llevó a cabo entre 1402 y 1496.
En 1402 se inicia propiamente la conquista con la expedición a Lanzarote de los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, motivados por las posibilidades de explotación de la orchilla(un líquen que se usaba como colorante). En esta primera fase, la conquista de Canarias se llevó a cabo por iniciativa de particulares, y no por la Corona, de ahí que se denomine conquista de señorío, aunque Bethencourt se hubiese hecho vasallo del rey de Castilla. La conquista de señorío incluyó las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro: éstas eran las menos pobladas del archipiélago, y su rendición resultó relativamente sencilla. La Gomera, sin embargo, mantuvo una organización mixta, en la que conquistadores e indígenas pactaron su coexistencia hasta la llamada "Rebelión de Los Gomeros" de 1488, que supuso la efectiva conquista de dicha isla.
La siguiente fase de la conquista, o conquista de realengo, se llevó a cabo a instancias de la Corona de Castilla, después de que los señores de las islas hubiesen cedido sus derechos sobre Gran Canaria, La Palma y Tenerife (islas que aún quedaban por conquistar) a los Reyes Católicos en 1477. Se inicia entonces la parte más dura del proceso, dado que se trataba de los territorios más poblados, mejor organizados y con un terreno muy escarpado.
La conquista de Gran Canaria se inicia en 1478 con la fundación del Real de Las Palmas y termina con la rendición de Ansite en 1483. Los principales conquistadores de esta isla fueron Juan Rejón y Pedro de Vera.
Alonso Fernández de Lugo, que había participado en la conquista de Gran Canaria, obtuvo el derecho de conquista de La Palma y Tenerife. La invasión de La Palma se inicia en 1492 y finaliza en 1493 con el engaño y captura del jefe indígena Tanausú. Tenerife es la última de las islas en conquistar. En la primera batalla los guanches (tribú que vivía allí) saldrían como vencedores. Posteriromente le sigue una "guerra de guerrillas" y las trascendentales victorias castellanas de la Batalla de Aguere y la Segunda batalla de Acentejo. La conquista finaliza oficialmente con la Paz de Los Realejos de 1496, aunque algunos indígenas mantienen focos de resistencia en las cumbres (los llamados "guanches alzados").
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En 1402 se inicia propiamente la conquista con la expedición a Lanzarote de los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, motivados por las posibilidades de explotación de la orchilla(un líquen que se usaba como colorante). En esta primera fase, la conquista de Canarias se llevó a cabo por iniciativa de particulares, y no por la Corona, de ahí que se denomine conquista de señorío, aunque Bethencourt se hubiese hecho vasallo del rey de Castilla. La conquista de señorío incluyó las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro: éstas eran las menos pobladas del archipiélago, y su rendición resultó relativamente sencilla. La Gomera, sin embargo, mantuvo una organización mixta, en la que conquistadores e indígenas pactaron su coexistencia hasta la llamada "Rebelión de Los Gomeros" de 1488, que supuso la efectiva conquista de dicha isla.
La siguiente fase de la conquista, o conquista de realengo, se llevó a cabo a instancias de la Corona de Castilla, después de que los señores de las islas hubiesen cedido sus derechos sobre Gran Canaria, La Palma y Tenerife (islas que aún quedaban por conquistar) a los Reyes Católicos en 1477. Se inicia entonces la parte más dura del proceso, dado que se trataba de los territorios más poblados, mejor organizados y con un terreno muy escarpado.
La conquista de Gran Canaria se inicia en 1478 con la fundación del Real de Las Palmas y termina con la rendición de Ansite en 1483. Los principales conquistadores de esta isla fueron Juan Rejón y Pedro de Vera.
Alonso Fernández de Lugo, que había participado en la conquista de Gran Canaria, obtuvo el derecho de conquista de La Palma y Tenerife. La invasión de La Palma se inicia en 1492 y finaliza en 1493 con el engaño y captura del jefe indígena Tanausú. Tenerife es la última de las islas en conquistar. En la primera batalla los guanches (tribú que vivía allí) saldrían como vencedores. Posteriromente le sigue una "guerra de guerrillas" y las trascendentales victorias castellanas de la Batalla de Aguere y la Segunda batalla de Acentejo. La conquista finaliza oficialmente con la Paz de Los Realejos de 1496, aunque algunos indígenas mantienen focos de resistencia en las cumbres (los llamados "guanches alzados").
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